Ότι δεν με σκοτώνει με κάνει πιο δυνατό


miércoles, 22 de diciembre de 2010

¡Feliz Navidad!

La Adoración de los Reyes, (1619). Velázquez


Σας εύχομαι υγεία, αγάπη και εργασία...

Καλά Χριστούγεννα!
¡Feliz Navidad!


La canción que podéis escuchar en el video se titula “Navidad” y el cantante es Fivos Delivoriás, un particular cantautor griego comprometido con su tierra y sus gentes.



sábado, 11 de diciembre de 2010

Publius Vergilius Maro: Ecloga IV

Como faltan pocos días para que celebremos la Navidad, me apetece sugeriros que rescatemos de nuestras estanterías al gran poeta Virgilio. En concreto os propongo la lectura de su Égloga IV, en la que el poeta de Mantua alude a un niño recién nacido que traerá una nueva Edad de Oro, ya anunciada en los vaticinios de la Sibila de Cumas.
Esta égloga, dedicada a Polión y escrita en el año 40 a.C., ha tenido una gran importancia histórica puesto que ha sido considerada por muchos cristianos como una inspiración reveladora del nacimiento de Cristo.
Si os interesa profundizar más en el tema os anoto un enlace muy interesante:VIRGILIO SEGÚN JUAN PABLO II (Antonio Arbea)


Publius Vergilius Maro: Ecloga IV

Sicelides Musae, paulo maiora canamus.
non omnis arbusta iuvant humilesque myricae;
si canimus silvas, silvae sint consule dignae.
Ultima Cumaei venit iam carminis aetas;
magnus ab integro saeclorum nascitur ordo. 5

iam redit et Virgo, redeunt Saturnia regna,
iam nova progenies caelo demittitur alto.
tu modo nascenti puero, quo ferrea primum
desinet ac toto surget gens aurea mundo,
casta fave Lucina; tuus iam regnat Apollo. 10

Teque adeo decus hoc aevi, te consule, inibit,
Pollio, et incipient magni procedere menses;
te duce, si qua manent sceleris vestigia nostri,
inrita perpetua solvent formidine terras.
ille deum vitam accipiet divisque videbit 15
permixtos heroas et ipse videbitur illis
pacatumque reget patriis virtutibus orbem.

At tibi prima, puer, nullo munuscula cultu
errantis hederas passim cum baccare tellus
mixtaque ridenti colocasia fundet acantho. 20
ipsae lacte domum referent distenta capellae
ubera nec magnos metuent armenta leones;
ipsa tibi blandos fundent cunabula flores.
occidet et serpens et fallax herba veneni
occidet; Assyrium vulgo nascetur amomum. 25

At simul heroum laudes et facta parentis
iam legere et quae sit poteris cognoscere virtus,
molli paulatim flavescet campus arista
incultisque rubens pendebit sentibus uva
et durae quercus sudabunt roscida mella. 30

Pauca tamen suberunt priscae vestigia fraudis,
quae temptare Thetin ratibus, quae cingere muris
oppida, quae iubeant telluri infindere sulcos.
alter erit tum Tiphys et altera quae vehat Argo
delectos heroas; erunt etiam altera bella 35
atque iterum ad Troiam magnus mittetur Achilles.

Hinc, ubi iam firmata virum te fecerit aetas,
cedet et ipse mari vector nec nautica pinus
mutabit merces; omnis feret omnia tellus.
non rastros patietur humus, non vinea falcem, 40
robustus quoque iam tauris iuga solvet arator;
nec varios discet mentiri lana colores,
ipse sed in pratis aries iam suave rubenti
murice, iam croceo mutabit vellera luto,
sponte sua sandyx pascentis vestiet agnos. 45
'Talia saecla' suis dixerunt 'currite' fusis
concordes stabili fatorum numine Parcae.

Adgredere o magnos—aderit iam tempus—honores,
cara deum suboles, magnum Iovis incrementum.
aspice convexo nutantem pondere mundum, 50
terrasque tractusque maris caelumque profundum;
aspice, venturo laetantur ut omnia saeclo.

O mihi tum longae maneat pars ultima vitae,
spiritus et quantum sat erit tua dicere facta:
non me carminibus vincat nec Thracius Orpheus 55
nec Linus, huic mater quamvis atque huic pater adsit,
Orphei Calliopea, Lino formosus Apollo.
Pan etiam, Arcadia mecum si iudice certet,
Pan etiam Arcadia dicat se iudice victum.

Incipe, parve puer, risu cognoscere matrem; 60
matri longa decem tulerunt fastidia menses.
incipe, parve puer. qui non risere parenti,
nec deus hunc mensa dea nec dignata cubili est.

Traducción:

A POLIÓN

Cantemos, ¡oh Sicilianas Musas!, mayores asuntos;
pues no a todos deleitan las florestas ni los humildes tamarindos:
si cantamos las selvas, que dignas sean las selvas, oh cónsul.

Ya viene la última era de los Cumanos versos:
ya nace de lo profundo de los siglos un magno orden.

Ya vuelve la Virgen, vuelve el reinado de Saturno;
ya desciende del alto cielo una nueva progenie.

Tú, al ahora naciente niño, por quien la vieja raza de hierro
termina y surge en todo el mundo la nueva dorada,
se propicia ¡oh casta Lucina!: pues ya reina tu Apolo.

Por ti, cónsul, comenzará esta edad gloriosa,
¡oh Polión!, e iniciarán su marcha los meses magníficos,
tú conduciendo. Si aún quedaran vestigios de nuestro crimen,
nulos a perpetuidad los harán por miedo las naciones.
Recibirá el niño de los dioses la vida, y con los dioses verá
mezclados a los héroes, y él mismo será visto entre ellos;
con las patrias virtudes regirá a todo el orbe en paz.

Por ti, ¡oh niño!, la tierra inculta dará sus primicias,
la trepadora hiedra cundirá junto al nardo salvaje,
y las egipcias habas se juntarán al alegre acanto.
Henchidas de leche las ubres volverán al redil por sí solas
las cabras, y a los grandes leones no temerán los rebaños.
Tu misma cuna brotará para ti acariciantes flores.
Y morirá la serpiente, y la falaz venenosa hierba morirá;
por doquier nacerá al amomo asirio.

Cuando puedas leer las alabanzas de los héroes
y los hazañas de tus padres, y saber qué es la virtud,
amarillearán los lentos campos blandas espigas,
rosadas uvas penderán de las incultas zarzas,
y los duros robles sudarán un rocío de miel.
Con todo persistirán las huellas de las viejas maldades,
cuyas naves ofenderán a Tetis, cuyos muros ceñirán
ciudades, cuyos surcos hincarán todavía la tierra.
Habrá entonces otro Tifis, otra Argos conducirá
selectos héroes; habrá también otras guerras,
y de nuevo se lanzará sobre Troya el gran Aquiles.

Después, cuando alcances la edad viril plena,
el viajero dejará de cruzar el mar, y el náutico leño
no mercará los bienes: todo campo surtirá todas las cosas.
No sufrirá el arado la tierra, ni la vid será podada;
y a su vez el labriego desuncirá los robustos bueyes.

No aprenderá la lana a mentir con variados colores;
antes, ya en rojo múrice, ya en azafranada ajedrea,
mudará el morueco en los prados su suave vellón;
por sí mismo el minio vestirá al cordero que pace.

¡Rodad tales siglos!, dijeron a sus husos las Parcas
acordes con la inmutable voluntad de los Hados.


¡Lánzate a estos altos honores!, cumplido está el tiempo,
¡oh progenie amada de los dioses! ¡oh magno vástago de Jove!
¡Contempla cómo bajo la celeste bóveda se inclinan los astros,
y las tierras, y el vasto mar, y el profundo cielo!
¡Contempla como el siglo venturo regocija todas las cosas!

¡Oh! ¡Que mis últimos años sean tan largos
y me alcance el aliento para cantar tus hazañas!
No vencerán mis versos ni el tracio Orfeo, ni Lino,
aún si la madre a aquel y el padre a este asistieron,
Calíope a Orfeo, y a Lino el hermoso Apolo.
También Pan si compitiera conmigo, juzgando Arcadia,
también a Pan declararía vencido el juicio de Arcadia.

Comienza, ¡oh parvulillo!, por la sonrisa a conocer a tu madre:
por diez meses un largo fastidio acompañó a tu madre.
Comienza, ¡oh parvulillo! A quien no sonríen sus padres,
no se le digna la mesa del dios ni el lecho de la diosa.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Arquitectura civil griega: Estadio, palestra, gimnasio, teatro



En una entrada anterior os anoté algunas características de la arquitectura civil griega en general y en particular acerca del ágora y la stoa; pues bien, en esta ocasión trataremos sobre otras edificaciones como son el estadio,la palestra,el gimnasio y el teatro.
En primer lugar debemos señalar que dentro de la arquitectura civil griega gozan de gran importancia las instalaciones dedicadas al deporte. Veamos algunos ejemplos:


El estadio dispone de una planta muy sencilla que engloba la arena con un final rematado en semicírculo y una gradería en uno de los lados largos puesto que para su construcción se aprovechaba el desnivel del terreno. Sin duda el estadio griego es un claro precedente del circo romano, aunque aquí se va a mantener la planta pero se cimentará la escalinata alrededor de la arena, para lo cual deberán construir unos edificios especiales ya que en Roma no se aprovechará el terreno como se hizo en Grecia.
En cuanto a su ubicación los estadios estaban situados cerca de lugares sagrados lo cual evidencia la relación existente entre deporte-divinidad (no olvidemos que los atletas consagrados estaban considerados como héroes y los héroes en Grecia eran semidioses).

La palestra es la escuela de lucha y parece que tenía una disposición muy sencilla, una arena central de forma rectangular rodeada por todas partes de pórticos que daban acceso a las dependencias interiores (quizá fuesen vestuarios o salas para practicar la lucha de forma más independiente). Destaca la palestra del Santuario de Zeus en Olimpia (s. III a. C.)El gimnasio está asociado normalmente a la palestra y presenta una formación similar a la misma.

El teatro presenta como nota común con el estadio la ausencia de una fachada monumental, para ajustarse al desnivel del terreno. Carente de techado, el teatro se encuentra siempre en lugares sagrados ya que no podemos olvidarnos de su estrecha relación con las danzas corales del culto dionisíaco. Las mencionadas danzas tenían lugar en el interior del témenos (recinto sagrado) y eran celebradas por los propios sacerdotes. Parece que la disposición circular del teatro griego se relaciona con el corro que formaban los fieles entorno a esos sacerdotes. Posteriormente el teatro se desacraliza lo que posibilita la construcción de un edificio ex profeso para las representaciones profanas, aunque nunca se alejará demasiado de su recinto original dentro del témenos.
En cuanto a la disposición destaca su sencillez constando de un espacio central circular que recibe el nombre de orquestra, en el centro existía un pequeño templo dedicado a Dioniso (aunque el teatro pierda el carácter sagrado sigue dedicándosele un altar que recibe el nombre de thymele). La orquestra junto con el thymele era el lugar destinado al coro. En una zona de la orquestra surge la skené que es una especie de tarima donde se colocan los actores para ser vistos desde todas las partes. Delante de la skené hay un pequeño pasillo denominado proskenion. La skené y el proskenion son las zonas dedicadas a los actores. Los espectadores se colocan en la gradería semicircular (adaptada al desnivel del terreno) que recibe el nombre de koilon o cavea. Para que el acceso y la salida pudieran realizarse con rapidez se dividía la cavea en sectores trapezoidales con un pasillo que los distribuía en dos graderías.
Hasta el s. IV el teatro mantiene separadas la skené y el proskenion de la parte de la cavea, ello se debe a que la orquestra tiene forma circular completa. La evolución que va a experimentar el teatro a partir del s. IV y que se mantendrá en la etapa helenística va a residir en la tendencia a unir todos los elementos del teatro para conseguir por una parte un mayor monumentalismo y por otra parte un aspecto unitario que no había preocupado con anterioridad a los arquitectos. Para unir los elementos del teatro lo que se hace es reducir la orquestra, de manera que a partir del s. IV pierde su forma circular y se convierte en
semicircular prolongándose en línea recta para enlazar con la skené.


Una edificación destacada es el teatro de Epidauro: responde al primer esquema, al clásico, con una clara adaptación al desnivel del terreno y una excelente acústica; dispone además de orquestra circular y por lo tanto skené y cavea
independientes (a pesar de que pertenece al s. IV) .
Otros teatros griegos importantes son el de Delfos (ejemplo más evolucionado, donde se va perdiendo la disposición circular de la orquestra); el de Priene (ya tiene sólo el semicírculo); el de Dioniso (se encuentra en Atenas, construido en el s. VI a.C. aunque remodelado en el s. IV, ya pertenece al esquema evolucionado); el de Dodona (en la región del Epiro); el de Pérgamo (en Asia Menor)..

sábado, 4 de diciembre de 2010

El otoño y Vivaldi

Y a l@s que nos gusta esta estación que invita a la reflexión y al recuerdo, además de una buena lectura ¿por qué no disfrutar con la música de un gran compositor?
Salutem!


El otoño y Fernando Pessoa

Dedicando estos días a releer el Libro del desasosiego de Fernando Pessoa me gustaría recordar aquí las palabras de Bernardo Soares (heterónimo de Pessoa) acerca de esta estación tan especial….

En su lengua original:

Depois que os últimos calores do estio deixavam de ser
duros no sol baço, começava o outono antes que viesse,
numa leve tristeza, prolixamente indefinida, que parecia uma
vontade de não sorrir do céu. Era um azul umas vezes mais
claro, outras mais verde, da própria ausência de substância
da cor alta; era uma espécie de esquecimento nas nuvens,
púrpuras diferentes e esbatidas; era, não já um torpor, mas
um tédio, em toda a solidão quieta por onde nuvens atravessam.

A entrada do verdadeiro outono era depois anunciada
por um frio dentro do não-frio do ar, por um esbater-se das
cores que ainda se não haviam esbatido, por qualquer coisa
de penumbra e de afastamento no que havia sido o tom das
paisagens e o aspecto disperso das coisas. Nada ia ainda mor
rer, mas tudo, como que num sorriso que ainda faltava, se
virava em saudade para a vida.

Vinha, por fim, o outono certo: o ar tornava-se frio de
vento; soavam folhas num tom seco, ainda que não fossem
folhas secas; toda a terra tomava a cor e a forma impalpável
de um paul incerto. Descoloria-se o que fora sorriso último,
num cansaço de pálpebras, numa indiferença de gestos. E
assim tudo quanto sente, ou supomos que sente, apertava,
íntima, ao peito a sua própria despedida. Um som de redemoinho
num átrio flutuava através da nossa consciência de
outra coisa qualquer. Aprazia convalescer para sentir verdadeiramente
a vida.

Mas as primeiras chuvas do inverno, vindas ainda no
outono já duro, lavavam estas meias-tintas como sem respeito.
Ventos altos, chiando em coisas paradas, barulhando
coisas presas, arrastando coisas móveis, erguiam, entre os
brados irregulares da chuva, palavras ausentes de protesto
anônimo, sons tristes e quase raivosos de desespero sem
alma.

E por fim o outono cessava, a frio e cinzento. Era um
outono de inverno o que vinha agora, um pó tornado lama de
tudo, mas, ao mesmo tempo, qualquer coisa do que o frio do
inverno traz de bom — verão duro findo, primavera por chegar,
outono definindo-se em inverno enfim. E no ar alto, por
onde os tons baços já não lembravam nem calor nem tristeza,
tudo era propício à noite e à meditação indefinida.

Assim era tudo para mim antes que o pensasse. Hoje se
o escrevo é porque o lembro. O outono que tenho é o que
perdi.


Do "Livro do Desasassocego, composto por Bernardo Soares, ajudante de guardalivros
na cidade de Lisboa, por Fernando Pessoa.


Y ahora en nuestra lengua:
Desde que los últimos calores del estío dejaban de ser rigurosos al sol empañado, comenzaba el otoño antes de que llegase, en una leve tristeza prolijamente indefinida, que parecía un deseo de no sonreír del cielo. Era un azul unas veces más claro, otras más verde, de la propia ausencia de substancia del dolor alto; era una especie de olvido en las nubes, púrpuras, indiferentes y difuminadas; era, no ya un torpor, sino un tedio, en toda la soledad quieta por donde las nubes pasan.
La entrada del verdadero otoño era después anunciada por un frío dentro del no-frío de aire, por un difuminarse de los colores que todavía no se habían difuminado, por algo de penumbra y alejamiento en lo que había sido el tono de los paisajes y el aspecto disperso de las cosas. No iba todavía a morir, pero todo, como en una sonrisa que todavía faltaba, se transformaba en añoranza para la vida.
Venía, por fin, el otoño verdadero: el aire se tornaba frío de viento; sonaban las hojas con un tono seco, aunque no fuesen hojas secas; toda la tierra tomaba el color y la forma impalpable de un pantano indeterminado. Se decoloraba lo que había sido sonrisa última, en un cansancio de párpados, en una indiferencia de gestos. Y así todo cuanto siente, o suponemos que siente, apretaba, íntima, al pecho su propia despedida. Un son de remolino en un atrio fluctuaba a través de nuestra conciencia de otra cosa cualquiera. Agradaba convalecer para sentir verdaderamente la vida.
Pero las primeras lluvias del invierno, llegadas también en el otoño ya riguroso, lavaban estas tintas como sin respeto. Vientos altos, rechinando en las cosas paradas, desordenando cosas presas, arrastrando cosas móviles, erguían, entre los clamores irregulares de la lluvia, palabras ausentes de la protesta anónima, sones tristes y casi rabiosos de desesperación sin alma.
Y por fin el otoño menguaba, a frío y ceniciento. Era un otoño de invierno el que venía ahora, un polvo vuelto del todo barro, pero al mismo tiempo, algo de lo que el frío del invierno trae de bueno: verano riguroso terminado, primavera por llegar, otoño definiéndose en invierno, en fin. Y en el aire alto, por donde los tonos empañados ya no recordaban ni calor ni tristeza, todo era propicio a la noche y a la meditación indefinida.
Así era todo para mí antes de pensarlo. Hoy si lo escribo es porque lo recuerdo. El otoño que tengo es el que he perdido.

(Traducción de Ángel Crespo)